lunes, 27 de abril de 2009

magia

Sé que no es el mejor momento de mi vida (por varios motivos), pero he reconocido magia. Magia de ésa que llega desde los sentidos, de la que se huele, se saborea, se ve, se escucha y se palpa, ó es élla la que te acaricia, te habla, te mira, te sigue el rastro y te paladea. No lo sé bien.
Siento su presencia, su compañía y la del "hadarrecuerdaquiéneres" y su compañera "elhadanotengasmiedo". Y es tan confortable...que os lo quiero contar.

miércoles, 15 de abril de 2009

menos es más

Este año, vino el cambio de la hora cuando estaba muy, muy, muuy cansada. Así que no me cayó nada bien, tener que quitarle una hora a la primavera. En unos días, descubrí que una hora menos, una noche, son muchas más horas de luz en las semanas siguientes.
Y me apunto al minimalismo.

Menos palabras, pueden ser más caricias. Menos sol, más chimenea y dominó. Menos horas con los niños, más ganas de verlos. Menos días de consulta, más pacientes cuando vuelves!!!. Y así casi todo lo menos, va a más.

Me parece que es menos de lo que quería compartir, ¿ó más?. Me he hecho un lío!!!!

jueves, 9 de abril de 2009

variaciones

Regresando del trabajo, hace dos días, la tierra de las flores, de la luz y del amor me regaló una preciosa tormenta y RNE-clásica emitió una pieza de Peter Heindrich, en la que se reinterpreta el "Cumpleaños Feliz", según Bach, Haydn, Mozart, Beethoven, Wagner, tango, rapsodia,...en fin, hasta 15 variaciones. No la conocía.

Entre nubarrones amenazantes y algún relámpago, y una lluviaquenocesa en los cristales, se me hizo una sonrisa y un momento-tesoro. Y venga a darle vueltas al asunto...que digo yo, que existen TANNNNTASSSS variaciones de nuestros eventos vitales y nuestra cotidianeidad como queramos hacer.
Podemos vivir una vida wagneriana, chopiniana (¡qué piano, Dios mío!!!!), sincopada como el jazz, vida tango, disfrutar el pop y...aún más, hay veces que la vida se vuelve impresionista (tal vez, Van Gogh), cubista, ó flamenca (y aquí, la obviedad de las segundas intenciones). Ahí viene lo que elegimos, según sentimos y según necesidades.

Y me acuerdo de un estudio fotográfico de la Torre Eiffel que enmarcó mi padre y acompañó mis cumpleaños hasta que salí de casa, en que la torre asomaba desde infinitos ángulos. Y me requeteacuerdo de mi padre, y su consejo : "No te olvides de sonreír, hija". Me gusta ser mujer de sonrisa fácil. Aunque la sonrisa lo que muestre sea una gran desolación, un infinito cansancio ó un júbilo enorme. Y esta semana encontré a un compañero de trabajo al que hace años que no veía, y me saludó diciendo : "No estaba seguro de si eras tú, hasta que he vuelto a ver esa sonrisa". Y es que las sonrisas no tienen canas/mechas, ni arrugas ni curvas. Y después....mucha creatividad para seguir probando la reinterpretación, porque hay cosas que ya quedaron escritas en mi pentagrama.

Feliz luna llena (también variaciones, al fin y al cabo).

viernes, 3 de abril de 2009

la edad de las palabras

He tenido una visión, ó una evocación, ó una revelación. Dicen que las palabras se las lleva el viento, pero yo creo que no. Tienen vida. Acabo de ver un balbuceo en pañales, sorprendido de escucharse y probando con distintos fonemas que verbalicen lo que quiere expresar. Supongo que habrá palabras que aún no han medido su responsabilidad, impulsivas como los adolescentes. Palabras de madurez y palabras cansadas. También incoherentes, como algunos ancianos al final de su vida. Y palabras que murieron sin liberarse de la necesidad que las hizo nacer, y vagan como zombies, esperándonos en las esquinas, putrefactas, para asustarnos al cogernos desprevenidos. Discursos terminales, cercanos a la muerte, en los que hay que volcar cariño y cuidados que los acompañen dignamente hasta su fin.

Conocí palabras salvajes como vikingos, palabras de la Ilustración, palabras inmortales escritas en piedra como jeroglíficos, palabras sobre las paredes de las cuevas como dibujos de la prehistoria que narran lo cotidiano, palabras de la globalización, palabras oscuras como las edades bárbaras.

Y en todas éllas descubro el ciclo de los seres vivos. Nacen, crecen, se reproducen y mueren; así, las palabras que no se dicen, antes de desaparecer definitivamente, dejan un rastro de otras palabras que se dirán cuando tengan edad.

P.D. Me gusta hablar y me gusta escuchar, y que me hablen y me escuchen. Típico-tópico para el saber popular ("claro, las mujeres..."), inconsistente de nacimiento porque una patita de menos en el cariotipo no creo que me privara del gusto.