A mi amiga P (de pelirroja) le hicieron un legrado hace unos días; estaba ilusionada de acompañar a los tres niños que le corren los pasillos, con uno (ó dos) más. El mayor, de 7 años, preguntaba por su hermano, al que ya llamaba Pablito...y le tuvo que decir lo que había sucedido. Y el peque, que se quejaba de que no sabe cómo se reza, decidió que iba a pedir algo a Dios, que éso sí sabía hacerlo. Pensó, y abrazado a su madre, de reposo relativo (porque la maternidad, desde el principio, lo relativiza todo ó mata), concluyó que deseaba que Dios le diera otro hermanito, pero que esta vez...estuviera vivo. Al escuchar a P contándome esta historia, me emocioné mucho. Y me hizo ver qué difícil es explicar que ha muerto lo que no llegó a ser alumbrado. Y me hizo pensar en la tenacidad por conseguir lo que uno desea, y cómo debemos enunciar nuestros deseos, con todos los matices, y de forma explícita ("esta vez...lo quiero vivo"). Y me hizo sentir cómo la inocencia transforma la congoja en una dulce sonrisa y un abrazo. Y me hizo confíar en el poder de la oración, aunque la contemplo como actitud más que como acción. Y me hizo tanto bien que he querido contároslo. Para P., un beso |
jueves, 29 de enero de 2009
xiquilladas
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7 comentarios:
Y yo te agradezco que lo hayas compartido y que se me haya quedado aquí, en la comisura de la sonrisa. Y me sonrío porque tienes razón, espe, ...la magia de los niños sabe hablar (perfectamente) el idioma de los deseos..
Que P se recupere completamente y que le brille prontito un nuevo deseo..
Un besito
Gracias por contarlo.
La actitud ante la vida es lo que nos dice quiénes somos. Sólo cerrar los ojos y pensar, o dar gracias, o respirar, o percibir lo que queda de la vida de quien nos dejó, bebé o anciano, nos hace iguales ante la grandiosidad de la vida y la Naturaleza. O ante Dios.
Chuff!!
Hermosa historia y (disculpa) contradictoria. Si la vida (tan defendida por Dios y sus seguidores a ultranza) se resiste donde no debe, y abunda, crece y se multiplica donde el hambre, la enfermedad y la muerte. No debe ser cosa de orar. Debe ser de mentira.
Vi.
Pues mira, Anónimo, que tienes toda la razón... en mi opinión...
Y los niños, con su lógica aplastante, le ponen un poco de magia a este mundo. No creo más que en los buenos deseos.
Preciosa historia Esperanza.
Besos.
SINE, gracias. P está acabando el "reset".
ZEN,..."RECUERDA QUIEN ERES", me mostró un amigo. Y así actuamos. Un beso, de ternura.
VI
La vida es cosa de todos y todos sus seguidores. Lo de rezar...es una escucha atenta (la actitud) mas que "ponerse a rezar".
Sigue pasando, así, de vez en cuando.
CRISTAL
Tambien yo creo en los buenos deseos. Un beso-coraje.
La vida nos trae lecciones, a veces desde muy temptrana edad...
Vivir es un aprendizaje; a veces, grato, y otras veces, menos grato.
Interesante, apasionante...así es.
Un beso, ALMA.
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