Siete del ocho del nueve...y se va la luna llena, tan despacio que la alcanza el sol-melocotón de las primeras horas. Y me hacen sentir viva.
Siete del ocho del nueve...en la radio del coche suena una de mis canciones favoritas. Y me hace sonreír.
Siete del ocho del nueve...cuando llego al trabajo, las campanas de la iglesia del pueblo están dando las ocho. Y me hacen voltear el corazón.
Ni el siete, ni el ocho, ni el nueve, hasta ahora, han sido muy especiales. Y me siento tranquila. Y en este siete del ocho del nueve, necesito contar con un milagro aunque no crea mucho en éllos. Y presiento un buen fin de semana.
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5 comentarios:
Los fines de semana, aunque mengüe la luna, tienen que ser buenos y prolongarse en la semana siguiente...
...Y no es ya un milagro el influjo y la luz de la luna siempre arriba, incluso cuando dejamos de verla?
Felices ocho y nueve del nueve y siguientes!!!
Siete del ocho del nueve, otra de tus fantásticas entradas.
Te envio mis mejores deseos para todos tus días.
Un beso Esperanza
No hay fechas, hay momentos...
07/08/09 Curioso.
Como si todo estuviera ordenado.
A veces eso nos hace sentirnos en paz viviendo.
Ya es suficiente milagro.
Besos
Aritmética del tiempo y al fondo del corazón, la necesidad de los milagros. Puede que ambas cosas, en realidad, sean lo mismo y no nos hayamos dado cuenta.
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