miércoles, 16 de junio de 2010

ex-tupendo

Estos días de nubes y claros, que no permiten errores al hombre del tiempo, me pregunto si el sol se esconde infructuosamente o espera que las nubes que quieren taparlo vayan despejando. Da lo mismo; es obvio que está. Y sabemos cuando se ha ido al otro lado del globo, mejor dicho, nos vamos nosotros a la hora prevista, en la convicción que volveremos al día siguiente para recoger su luz (los que nacimos en verano hacemos fotosíntesis). Somos nosotros los que despedimos al sol en el ocaso, los que le decimos "adiós, mañana vuelvo". El sol es y está.
Así que pienso en las listas de lo que estuvo y no está, que he elaborado con esmero a lo largo de años. Algunos períodos sísmicos, de eventos vitales inesperados, los he concluído pasando nombres de mi lista de amigos a mi lista de ex-amigos, de mi lista de compañeros a ex-compañeros, de marido a ex-marido...y así con amantes, familia política, etc... Ahora, que parece que el sol hará sombras hoy, me doy cuenta de la pérdida de tiempo y energía. ¿Para qué sirve una lista de ex-loquesea si no hay rencor ni intención? La venganza no me resulta nada próxima, ni me la planteo, ni tengo tiempo para élla. Esta Noche de San Juan que se aproxima quemaré todas las listas de ex. Es una suerte de exorcismo necesario para que lo ex sea exitus, de verdad, porque mientras vaya en una lista, está y la categoría de ex...la verdad, me lleva a pensar en zombies, muertos vivientes, vampiros y fantasmas. A todos éllos agradezco la compañía ofrecida y las experiencias compartidas, pero seguro que hay quien los necesite más que yo. No quiero darles mi energía ni un segundo más. Cuento con lo que está/los que están, porque "es lo que es", que dice mi buen amigo Josemi.
Recuerdo la escena de "Una noche en la ópera", en que Groucho y Chico van reduciendo el contrato (las partes de la parte contratante, etc...) y me parece divertido rectificar mi contrato con la vida. Si vivir ni tiene cura, habrá que disfrutarlo, con lo aprendido y lo que aprenderemos. No sabeis el oxígeno que ahora me entra en los pulmones y el "peeling" emocional embellece una barbaridad.