martes, 25 de agosto de 2009

ragtime souffle

Me pone la música de piano, desde siempre, y hace unos días me sorprendió en la radio del coche un ragtime mientras iba a trabajar, acompañada del nuevo sol. O del mismo sol que aparecía tras completar su vuelta al mundo (aunque dicen que es el planeta el que se mueve). Me pareció mejor compañía que las noticias que esperaba como habitualmente. Sabía que quedaban unas jornadas de rutina y pronto venía una necesaria pausa, tal vez unos meses. Inquieta, pero confiada, pensaba que la vida es un souffle.
Mezclar en la justa proporción los ingredientes, y saber esperar que el calor haga su trabajo. Es una tarea esmerada, que requiere ilusión y paciencia (mucho de lo primero y poco de lo segundo es mi dote). Los sentidos indican cuándo está listo. El olor, el color y aspecto, la tibieza y el apenas perceptible crujido al meter la cuchara (ó el dedo) preparan la explosión de sabor, recompensa a la fe en los milagros.
Y siento que un souffle sin acabar, ó comido a destiempo, ya no es lo mismo. La vida nos da souffles para saborear cuando la conjunción de los sentidos se produce, ni antes ni después. Y hay que preparar la mezcla, llevarla al horno y confíar, sin precipitaciones.

Os deseo un día souffle, a todos.

viernes, 7 de agosto de 2009

siete del ocho del nueve

Siete del ocho del nueve...y se va la luna llena, tan despacio que la alcanza el sol-melocotón de las primeras horas. Y me hacen sentir viva.
Siete del ocho del nueve...en la radio del coche suena una de mis canciones favoritas. Y me hace sonreír.
Siete del ocho del nueve...cuando llego al trabajo, las campanas de la iglesia del pueblo están dando las ocho. Y me hacen voltear el corazón.

Ni el siete, ni el ocho, ni el nueve, hasta ahora, han sido muy especiales. Y me siento tranquila. Y en este siete del ocho del nueve, necesito contar con un milagro aunque no crea mucho en éllos. Y presiento un buen fin de semana.

domingo, 2 de agosto de 2009

mujer solar

¡Pasó el mes de julio!, enterito. He cumplido un año más. Y pasó el eclipse solar.
Es curioso; me explicaba una amiga, antes de partir a China para verlo, que la Luna se interpone entre el Sol y nuestro planeta. Lo estudié en EGB, ó en BUP, y sacaría muy buena nota en el examen, casi con seguridad. Pero ahora entiendo cosas que se me escaparon, y por eso olvidé, al recoger los resultados de la evaluación, todos estos bailes planetarios.
Tal vez por haber nacido en verano, al principio de Leo, me siento una mujer solar. Tal vez, por eso me sabe mal que los satélites se crucen en mi camino, apagando el brillo y energía que corresponde a una estrella...tal vez por eso me hacía falta aprender que sólo cuando me hacen sombra, se puede observar mi corona en todo su esplendor. Eso hacen los sabios y científicos : aprovechan la interposición de la Luna, para observar con detalle el símbolo que caracteriza a una reina. La Luna acaba pasando y vuelve la luz. Y es curioso que ésto se pueda apreciar desde unos sitios de la Tierra, y desde otros, no.
Me decía un amigo que soy narcisista, y creo que fue Narciso el que se miró en un espejo y le dio un patatús. No ando muy puesta en mitología. De momento, no he logrado ni mirando el espejo ni mirando dentro, contemplar tanta belleza. Tampoco lo he intentado mucho, la verdad. Me da igual. Y de vez en cuando, la presencia de la sombra es más esclarecedora que toda la luz del Sol.
Quedo a la espera del próximo eclipse penumbral de luna, a ver qué me descubre.