viernes, 28 de mayo de 2010

fado

Decía que estaba de tangos y no, no estoy de tangos,o será que ya los tengo bailados, cantados y arrastrados. Estoy para fados. Parece que vienen del latin fas, fastum : destino. Son fruto de la saudade, ese sentimiento de melancolía producto del recuerdo de una alegría ausente; la sensación que permanece cuando aquello que una vez se tuvo, material ó inmaterial, que en su momento permitía disfrutar alegría y euforia, se ha perdido y se extraña, y el hecho de recordarlo, tenerlo de nuevo ó pensarlo, produce una sensación de volver a la vida.

De vuelta a la vida en esta luna llena de géminis ("Yo reconozco mi otro yo, y al menguar ese yo, Yo crezco y brillo")

Una portabilidad me ha tenido sin móvil 24 horas. Hasta he telefoneado desde una cabina...después de hacer mucha memoria. ¡Menudo subidón!. En el antiguo teléfono se quedan encerrados los mensajes de varios años, que repasé con nostalgia antes de cambiarlo por otro. Me cuesta soltar aunque sé que me hace bien. Hay que menguar el otro yo, para dejar sitio al crecimiento. En fin..., cosas presuntamente sabidas.

A las 01.08h, un instante nada más, la luna estará en su plenitud y seguirá su camino al cuarto menguante, sin detenerse, sin retener nada. Hace muchos siglos que tiene esa costumbre. Y yo, saldré a adivinarla tras las nubes que traen esta lluvia bendita, porque sé que está escondida y me observa, sin asomarse.
Aunque soy de verano, sol y fuego, hoy me siento luna. Tal vez sean los años de experiencia y esperanza. Encenderé una varita de incienso, y haré una oración. La plenitud no se alcanza para quedarse allí, sino para seguir adelante.
Mientras, escucho a Amália Rodrigues, cantando "Lágrima", y me invade esta saudade, vieja conocida, que me hace sonreír, como hoy sonreirá la luna llena.

viernes, 21 de mayo de 2010

navacerrada

Ando con la sensación de que el volcán Eyjafjällajokull me ha enseñado mucho, acerca de nubes que vienen y van, nubarrones de ceniza, que creo que ya no están pero sí, sí que están. Y con la fuerza de paralizar un aeropuerto entero. He de respetar a la Naturaleza...y conocer su poder.
Mis fuerzas, ahora mismo, llegan para pasar las 21 horas que me deja el día; como a Scarlett en "Lo que el viento se llevó", me queda el : "Mañana pensaré". Y mañana me subo a un autobús, después del trabajo, para ir a Navacerrada, a cantar, que me gusta un montón, me nutre y me relaja. La buena compañía me hará bien. Las risas con mis tres sintenores, y unos pocos más, están garantizadas...y el aire de la sierra que haga el resto.
No estoy para muchos planes, pero me he arriesgado y ya estoy que me canto encima. La música del alma, la que se lleva en la piel, y se siente en las tripas, es un lenguaje común y universal. No lo he hecho hasta ahora, ni sé si lo haré otras veces, pero voy a compartir con vosotros un enlace que me llega de un amigo muy querido. Que os lo disfrutéis. Buen fin de semana.

http://vimeo.com/moogaloop.swf?clip_id=2539741

viernes, 14 de mayo de 2010

tango

Me dice un amigo que tengo el cuerpo para tangos...y será cierto. Posiblemente ahora llevo un color arrabalero y ando con la voz quebrada. Nada pasa por casualidad. Escuchando a Fito y compañía, me toca, aunque no me hunde, aquéllo de "no voy a pedir perdón si algo no me sale bien...". Creo que para una temporada la propuesta vital de no pedir perdón me va a resultar en un ánimo más liviano. Y con su mirada cómplice comprendo que me lo voy a permitir. Al fin y al cabo, me gusta el tango, y tiene su punto interesante, de sensualidad y arrebato. Y ahí, me lo voy a disfrutar, claro que sí. Arriesgaré. No es lo mismo "no quiero" que "no me atrevo". Y si hay conflicto es que hay contacto.
Creciendo, creciendo...he perdido la base de sustentación, y me siento insegura. Igual es buen momento para no pensar en alargar mi vida, sino en ensancharla. Y que la primavera haga el resto. Sabe tánto la Madre Naturaleza...

lunes, 3 de mayo de 2010

"¿Te cuento qué?"

Uno de mis peques, decía de chiquitín : "Mamá...¿te cuento qué?", cuando quería que yo supiera algo. Así que voy a contaros qué.
Y cuento que... siempre me han dicho que soy de risa fácil, pero lo que realmente tengo fácil son las lágrimas; las de pena, las de rabia, las de nostalgia, las de oír a Chopin, las de las carcajadas. Igual es un síndrome de incontinencia lacrimal, ó igual va y es contagioso, ó del ADN. No lo sé ni me interesa.
Y cuento que...me gusta llorar debajo de la lluvia. Las gotas frías refrescan el calor de las mejillas y se juntan con las lágrimas saladas. El yin y el yang. Me hacen cosquillas y se cuelan por detrás de las orejas hacia el escote y, según y cómo, hasta el ombligo. Y me dan más ganas de reír y más ganas de llorar.
Y cuento que...alguien que vive por arriba de las nubes sabe cuándo necesito que caiga el agua del cielo. Y me la envía en alivio a mi contención.
Y cuento uno, dos, tres...y respiro. Hondo, muy hondo. La pereza me atrapa, y tengo que ir a trabajar (una suerte con la que cae en el país, la UE...etc...), así que voy a ir desenredándola de la punta de los dedos y de la planta de los pies.
Felices lluvias!!