domingo, 15 de noviembre de 2009

despiste

Vaya, me he despistado...ha sido un fenomenal despiste. Dice el diccionario de la RAE que despiste es lo mismo que distracción, fallo, olvido, error. Y lo mío es todo eso también.

No sé cómo puedo pasar tantas semanas de puntillas por la vida, cómo puedo perder el compás y seguir cantando por libre, cómo miro sin ver, cómo escucho por dentro, pero está claro que puedo y está claro que no me sienta bien. Nada grave, sin embargo. Sigo estando y sigo siendo. Y me alegro de volver a encontraros por aquí, ahora que caigo en la cuenta de mi despiste...ésto es complicado.

Los sentimientos de culpabilidad y/ó de arrepentimiento me parecen emociones innecesarias y creo que el mejor momento es hoy. Y necesito un futuro, que el pasado que fue y las incontables variantes que podrían haber sido, pesan demasiado para seguir adelante, con una sonrisa de luna creciente.

martes, 25 de agosto de 2009

ragtime souffle

Me pone la música de piano, desde siempre, y hace unos días me sorprendió en la radio del coche un ragtime mientras iba a trabajar, acompañada del nuevo sol. O del mismo sol que aparecía tras completar su vuelta al mundo (aunque dicen que es el planeta el que se mueve). Me pareció mejor compañía que las noticias que esperaba como habitualmente. Sabía que quedaban unas jornadas de rutina y pronto venía una necesaria pausa, tal vez unos meses. Inquieta, pero confiada, pensaba que la vida es un souffle.
Mezclar en la justa proporción los ingredientes, y saber esperar que el calor haga su trabajo. Es una tarea esmerada, que requiere ilusión y paciencia (mucho de lo primero y poco de lo segundo es mi dote). Los sentidos indican cuándo está listo. El olor, el color y aspecto, la tibieza y el apenas perceptible crujido al meter la cuchara (ó el dedo) preparan la explosión de sabor, recompensa a la fe en los milagros.
Y siento que un souffle sin acabar, ó comido a destiempo, ya no es lo mismo. La vida nos da souffles para saborear cuando la conjunción de los sentidos se produce, ni antes ni después. Y hay que preparar la mezcla, llevarla al horno y confíar, sin precipitaciones.

Os deseo un día souffle, a todos.

viernes, 7 de agosto de 2009

siete del ocho del nueve

Siete del ocho del nueve...y se va la luna llena, tan despacio que la alcanza el sol-melocotón de las primeras horas. Y me hacen sentir viva.
Siete del ocho del nueve...en la radio del coche suena una de mis canciones favoritas. Y me hace sonreír.
Siete del ocho del nueve...cuando llego al trabajo, las campanas de la iglesia del pueblo están dando las ocho. Y me hacen voltear el corazón.

Ni el siete, ni el ocho, ni el nueve, hasta ahora, han sido muy especiales. Y me siento tranquila. Y en este siete del ocho del nueve, necesito contar con un milagro aunque no crea mucho en éllos. Y presiento un buen fin de semana.

domingo, 2 de agosto de 2009

mujer solar

¡Pasó el mes de julio!, enterito. He cumplido un año más. Y pasó el eclipse solar.
Es curioso; me explicaba una amiga, antes de partir a China para verlo, que la Luna se interpone entre el Sol y nuestro planeta. Lo estudié en EGB, ó en BUP, y sacaría muy buena nota en el examen, casi con seguridad. Pero ahora entiendo cosas que se me escaparon, y por eso olvidé, al recoger los resultados de la evaluación, todos estos bailes planetarios.
Tal vez por haber nacido en verano, al principio de Leo, me siento una mujer solar. Tal vez, por eso me sabe mal que los satélites se crucen en mi camino, apagando el brillo y energía que corresponde a una estrella...tal vez por eso me hacía falta aprender que sólo cuando me hacen sombra, se puede observar mi corona en todo su esplendor. Eso hacen los sabios y científicos : aprovechan la interposición de la Luna, para observar con detalle el símbolo que caracteriza a una reina. La Luna acaba pasando y vuelve la luz. Y es curioso que ésto se pueda apreciar desde unos sitios de la Tierra, y desde otros, no.
Me decía un amigo que soy narcisista, y creo que fue Narciso el que se miró en un espejo y le dio un patatús. No ando muy puesta en mitología. De momento, no he logrado ni mirando el espejo ni mirando dentro, contemplar tanta belleza. Tampoco lo he intentado mucho, la verdad. Me da igual. Y de vez en cuando, la presencia de la sombra es más esclarecedora que toda la luz del Sol.
Quedo a la espera del próximo eclipse penumbral de luna, a ver qué me descubre.

lunes, 29 de junio de 2009

alma de contralto

Entre dos líneas de los pentagramas de las cantatas para alto de Bach, escondida detrás de una corchea, leo una dedicatoria escrita en el CD : "Según una tradición teológica alemana, el recurso a la voz de alto simboliza la expresión misma del espíritu santo (Th. Seedorf)". Y me acuerdo de lo que me dijo, hace unos años, Tinet, mi preferido entre directores, cuando probó las tesituras de la gente del coro, y ante mi temor de ser transplantada a la cuerda de sopranos, me miró a los ojos y me dijo, sonriendo : "Puedes cantar con éllas, pero no voy a pasarte porque tienes alma de contralto" . Poco después, en un taller de técnica vocal, me invitaba el profesor a dejar la ténica y cantar con el alma porque "eres voz de jazz y tango".
Y se ve que vivo como canto, sin mucha técnica, y llevo, claro, una vida coral, que no valgo para solista. Y así transcurro y discurso en una tesitura grave, con melodías difíciles de afinar, imprevisibles fuera del conjunto, pero aportando las notas precisas para completar los acordes, porque los compositores, cuando se ven faltos de ajuste, ponen la nota a las contraltos, sin miramiento, y hay que darla bien porque sin élla, no hay conjunto. Otras veces, es el tiempo. Cantar a contratiempo, para dar importancia a las otras voces, ó para contrastar otras melodías, ó callar cuando suena la voz, y cantar en las notas largas de otros, sin destacar. Y así, si sólo me fijo en mi pentagrama, nada tiene demasiado sentido. Pero abriendo bien los ojos, veo todo el sistema y entiendo y siento que la armonía depende de mi afinación.
Así que, en ocasiones, me abandono al canto libre, ó invento segundas voces donde no las hubo antes, ó improviso un ritmo desde las entrañas para acompañarme a mí misma. Es mi venganza, dar juego a la creatividad. Sentir la libertad de cantar sin acompañar, ni ser acompañada.
Y estoy contenta de ser alma de contralto, aunque no me veo de paloma.

lunes, 25 de mayo de 2009

gestos

Me sorprendo en un gesto, cogiendo el volante con una mano y dejando caer la otra por la ventana, que me recuerda a mi padre. Supongo que en las muchas horas de viajes familiares, el coche lleno de niños y canciones, aproveché para integrar tu compostura.
Regreso de un pueblo de 300 habitantes, que visito a primera hora. Este fin de semana, ha habido dos defunciones, mucho para un pueblo tan pequeño. Anunciaban su inminencia hace días. No sé...agradezco a mis pacientes que dejen este mundo cuando no trabajo. Atendidos cuando lo precisaban, deciden encontrar el camino hacia donde no me necesitan, sin mí. Es su reconocimiento, su "está bien, ya no me haces falta".
Conduzco, despacio, muy despacio, haciendo eterna una pequeña distancia (apenas un km) porque hoy las emociones lo propician. Y se me empañan los ojos, entre naranjos y flores alfombra, bajo la luz de un sol que promete un día de verano precoz. No estoy triste, ni rabiosa, pero tengo ganas de dejar correr las lágrimas; son éllas, en realidad, las que asoman sin permiso y sin vergüenza.
Canturreo a Lluís Llach : "...així aprenem que en viure anem morint i ens corprèn que aquesta llei sigui tan certa", y las notas me llevan a una querida isla que hace tiempo que no visito, pintándome de azules, como el mar que la rodea. Me doy cuenta que extravié el mapa del tesoro. ¿Qué habrá sido del pirata, la perra vigía y el tiburón del estanque?. Les deseo que no les falte ron.
Ya en el patio del ayuntamiento dejo el coche y respiro hondo. Hay una golondrina muerta. Miro al sol y cierro los ojos. Le recuerdo que he pedido, al despertarme, un lunes como un viernes, y le sonrío.
¿Qué tienen los gestos que nos llevan a esta cascada de emociones, a esta coreografía nunca dos veces igual, a este efecto-mariposa?. Casi acaba la mañana, una buena mañana.

viernes, 15 de mayo de 2009

geranio y jazmín

Me pido (y os deseo) un día de aromas y vivos colores. ¿No veis cómo huele?.

lunes, 11 de mayo de 2009

"se me olvidó que te olvidé...aunque nada se me olvida"

Me cantaba el cigala, camino del trabajo, acompañado por bebo valdés y su piano.
Puesta en la tarea de vacíar para hacer sitio a lo nuevo, y que me quepan las sorpresas, acometí el armario del pasillo (me lo pedía también el cuerpo tras ver la foto del armario-vestidor de CRISTAL), arremetido de cosas (tal vez, personas, animales y cosas) que, lo confieso casiavergonzada, se han ido haciendo sitio desde hace más de diez años en sus estantes, configurando una cuenca sedimentaria donde revisar por estratos mis apuntes vitales. Esquivo la justificación biográfica porque me propuse un blog experiencial.
Abducida por este agujero negro, con la sólida compañía de la inestimable eugenia y la visita relampágo de cuca, logré preparar, en apenas dos horas, tres bolsas para la basura, y una bandeja de mimbre que completaba el lote "¿Y ésto qué hacía aquí?", a la vez, que con las cejas, párpados, labios, hombros y risas acompañaba en sus últimos minutos en casa, a todo aquéllo que ya no sirve por querido que sea.
En el finde doméstico, concluí la tarea (cuatro bolsitas más y algún trasto), y aún quedan el del recibidor, el del estudio y el de la plancha, además de los altillos, que supongo andarán, en cuanto a calidad de contenido, entre el tesoro del pirata rackham el rojo y la caja de pandora.
Y siento que se me olvidó que me olvidé de muchas cosas; que busqué olvidarlas, con rabia, indiferencia, dolor...y luego quise olvidar que se me habían olvidado. Es traicionero el olvido. Y lo que olvidé como dulce, se me olvida que lo olvidé y puede parecerme siniestro, y algo que olvidé con rabia y premeditación, se me olvida que lo olvidé para aliviarme encontrando cómo darle cierre.
Y es que, de verdad, casi nada se me olvida.

"Se me olvidó que te olvidé
y, como nunca, te encontré
entre las sombras escondida,
y, la verdad, no sé por qué,
se me olvidó que te olvidé
aunque nada se me olvida."

lunes, 27 de abril de 2009

magia

Sé que no es el mejor momento de mi vida (por varios motivos), pero he reconocido magia. Magia de ésa que llega desde los sentidos, de la que se huele, se saborea, se ve, se escucha y se palpa, ó es élla la que te acaricia, te habla, te mira, te sigue el rastro y te paladea. No lo sé bien.
Siento su presencia, su compañía y la del "hadarrecuerdaquiéneres" y su compañera "elhadanotengasmiedo". Y es tan confortable...que os lo quiero contar.

miércoles, 15 de abril de 2009

menos es más

Este año, vino el cambio de la hora cuando estaba muy, muy, muuy cansada. Así que no me cayó nada bien, tener que quitarle una hora a la primavera. En unos días, descubrí que una hora menos, una noche, son muchas más horas de luz en las semanas siguientes.
Y me apunto al minimalismo.

Menos palabras, pueden ser más caricias. Menos sol, más chimenea y dominó. Menos horas con los niños, más ganas de verlos. Menos días de consulta, más pacientes cuando vuelves!!!. Y así casi todo lo menos, va a más.

Me parece que es menos de lo que quería compartir, ¿ó más?. Me he hecho un lío!!!!

jueves, 9 de abril de 2009

variaciones

Regresando del trabajo, hace dos días, la tierra de las flores, de la luz y del amor me regaló una preciosa tormenta y RNE-clásica emitió una pieza de Peter Heindrich, en la que se reinterpreta el "Cumpleaños Feliz", según Bach, Haydn, Mozart, Beethoven, Wagner, tango, rapsodia,...en fin, hasta 15 variaciones. No la conocía.

Entre nubarrones amenazantes y algún relámpago, y una lluviaquenocesa en los cristales, se me hizo una sonrisa y un momento-tesoro. Y venga a darle vueltas al asunto...que digo yo, que existen TANNNNTASSSS variaciones de nuestros eventos vitales y nuestra cotidianeidad como queramos hacer.
Podemos vivir una vida wagneriana, chopiniana (¡qué piano, Dios mío!!!!), sincopada como el jazz, vida tango, disfrutar el pop y...aún más, hay veces que la vida se vuelve impresionista (tal vez, Van Gogh), cubista, ó flamenca (y aquí, la obviedad de las segundas intenciones). Ahí viene lo que elegimos, según sentimos y según necesidades.

Y me acuerdo de un estudio fotográfico de la Torre Eiffel que enmarcó mi padre y acompañó mis cumpleaños hasta que salí de casa, en que la torre asomaba desde infinitos ángulos. Y me requeteacuerdo de mi padre, y su consejo : "No te olvides de sonreír, hija". Me gusta ser mujer de sonrisa fácil. Aunque la sonrisa lo que muestre sea una gran desolación, un infinito cansancio ó un júbilo enorme. Y esta semana encontré a un compañero de trabajo al que hace años que no veía, y me saludó diciendo : "No estaba seguro de si eras tú, hasta que he vuelto a ver esa sonrisa". Y es que las sonrisas no tienen canas/mechas, ni arrugas ni curvas. Y después....mucha creatividad para seguir probando la reinterpretación, porque hay cosas que ya quedaron escritas en mi pentagrama.

Feliz luna llena (también variaciones, al fin y al cabo).

viernes, 3 de abril de 2009

la edad de las palabras

He tenido una visión, ó una evocación, ó una revelación. Dicen que las palabras se las lleva el viento, pero yo creo que no. Tienen vida. Acabo de ver un balbuceo en pañales, sorprendido de escucharse y probando con distintos fonemas que verbalicen lo que quiere expresar. Supongo que habrá palabras que aún no han medido su responsabilidad, impulsivas como los adolescentes. Palabras de madurez y palabras cansadas. También incoherentes, como algunos ancianos al final de su vida. Y palabras que murieron sin liberarse de la necesidad que las hizo nacer, y vagan como zombies, esperándonos en las esquinas, putrefactas, para asustarnos al cogernos desprevenidos. Discursos terminales, cercanos a la muerte, en los que hay que volcar cariño y cuidados que los acompañen dignamente hasta su fin.

Conocí palabras salvajes como vikingos, palabras de la Ilustración, palabras inmortales escritas en piedra como jeroglíficos, palabras sobre las paredes de las cuevas como dibujos de la prehistoria que narran lo cotidiano, palabras de la globalización, palabras oscuras como las edades bárbaras.

Y en todas éllas descubro el ciclo de los seres vivos. Nacen, crecen, se reproducen y mueren; así, las palabras que no se dicen, antes de desaparecer definitivamente, dejan un rastro de otras palabras que se dirán cuando tengan edad.

P.D. Me gusta hablar y me gusta escuchar, y que me hablen y me escuchen. Típico-tópico para el saber popular ("claro, las mujeres..."), inconsistente de nacimiento porque una patita de menos en el cariotipo no creo que me privara del gusto.

sábado, 28 de marzo de 2009

discrasia

Dice la RAE que discrasia es un estado de caquexia; en medicina, se llaman discrasias sanguíneas a las alteraciones de las células de la sangre que producen enfermedad.
Espero que aquéllo de "La primavera, la sangre altera" no pase de lo puramente poético. Desde mi alteración primaveral, intento equilibrar mi energía porque todo se escribe, ó está escrito, en nuestro interior. Y sin mucho buscar, encuentro.

PRIMAVERA DE FUEGO : La energía creadora que, de tan fuerte, puede ser destructora. La pasión (ay, señor...!!) que me acompaña desde el verano en que nací. Orgullo y placer de ser y estar. Audacia para seguir siendo y estando. Alegría por la luz del sol. Ilusión por conocer sitios nuevos y gente nueva, y por regresar a mi sitio y a mi gente. Y contención, aunque sea una pizca, para no abrasar ni abrasarme, que en mi tierra gustan de despedir al invierno, quemándolo todo y ya cumplí con el ritual.

PRIMAVERA DE TIERRA : Descubro un manto morado, como de terciopelo, en la medianera de la autovía. Y los arcenes flanqueados de salvaje retama, encendidos de amarillo, como la luz del sol mañanero, cada día más alto. Y los pies de los naranjos calzados de amapolas, rojas, rojas, rojas... y jazmines que ya asoman en mi balcón. Y una plantita bastarda saludando entre el cemento del patio del ayuntamiento, donde dejo el coche cada mañana. Y el resguardo que me ofrecen todos éllos, a salvo de malas vibraciones.

PRIMAVERA DE AIRE : Al llegar al trabajo, ya no huele a calor de chimenea, huele a azahar. Y el aire se ha llenado de pentagramas, de líneas y espacios, de sostenidos, de bemoles, de silencios y del bien que me hace la música. Hay conciertos y viene un coro de visita en mayo. Y mis compañeros dicen que me han echado de menos, que tenía una multa por falta de asistencia y que hicieron una colecta para pagar a mi jefa de cuerda porque "a nosotros, nos gusta que vengas". Y con la broma, un guiño cómplice, mientras dan los tonos. Y allá vamos con Mozart, por ejemplo.

PRIMAVERA DE AGUA : Las lluvias de abril, mil ó dos mil, y Mi Mar,...!!. Siempre allí, siempre acá, sin repetir ola. Y mi refugio, mi confidente, mi oráculo y mi buen amigo. Dice que, algún día, me va a traer un pirata, de los de antes, y me lo pido como Jack Sparrow, que de los otros vamos bien. Otras veces, se obstina en callar pero queda su rumor y cuando le digo que lo estoy oyendo, se burla de mí y me salpica. Y, al acabar la visita a su orilla, vuelven los merenderos a ofrecer tapitas y arroces. Y las noches del mar, traen recados de otras tierras, mensajes con ó sin botella, y la magia de la luna y su reflejo. Y en casa, la alegría de mis hijos (agua pura) y la risa de una fuentecita en la entrada.


Y con todas mis primaveras, como dice A.C., "la incertidumbre que produce la confianza de saber que la seguridad es...humo?. Y me encuentro feliz, porque me sé a merced de la vida" .

miércoles, 18 de marzo de 2009

patchwork

Me enseñaban el otro día una preciosa labor hecha con retales de telas diferentes. Me acordé de los consejos de un maestro feng-shui que decía que hay que tirar lo que no sirve. Pero, ya situados en la economía de crisis, y haciendo gala de mi capacidad de ajuste creativo, que alguien llamó "optimismo por necesidad", elijo reciclar los tejidos con los que no haré un traje, para elaborar un precioso edredón, calentito y acogedor, que cobije mi ánimo y atempere mi espíritu, necesitado de calma ahora mismo.
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El año pasado, por estas fechas, andaba por París, París-París que dicen mis hijos, contenta e ilusionada bajo la luz de la luna llena. Hubo una grata sorpresa horas antes de salir hacia allí y una interesante propuesta. Al regreso del viaje, nos sorprendió la misma luna redonda al bajar del avión, la de París. Nos había seguido, la muy ladina, sigilosamente. O tal vez, la luna llena de aquí nos fue a buscar al pie de la Torre Eiffel, impaciente, como yo, por regresar. Así es la luna; cíclica y caprichosa. Y así son los lunáticos. Así que la propuesta debe andar como la luna de allá para acá, porque se desvaneció en cinco días. C´est la vie!!!
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Me gustan los días de libranza, desde que comienza a salir el sol. Los últimos momentos de alerta, sabiendo con certeza a qué hora puedo relajar la tensión, suelo disfrutarlos en el patio, apoyada en la verja que nos separa de la huerta y la vía del tren, para ver amanecer. Luego, un café de máquina, pura rutina, y a recoger. Exenta ya de responsabilidad me adentro en un día "de descanso", aliviada, somnolienta y con ganas de olor a tostada. Ya en casa, me espera una mañana sin reloj y una siesta que permita recoger la tarde con soltura. Y se me ocurre que está bien dedicarse a algo, por duro que sea, con punto final. Si la vida, cuando parece que se torna enemiga nuestra, nos permitiera librar un día...
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¿Puede alguien guardar tantas cosas sin decir, tantos sentimientos no permitidos, tantos miedos e inseguridades, entre pecho y espalda, que lleguen a deformar su estructura ó escapen por sus arterias aumentando la presión?.
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Yo pasaba por allí y encontré alguien que hace surf, como por casualidad, que ya sabeis lo que se dice, que nada pasa por casualidad. Pues bueno, en nuestros encuentros en el "Paco´s", llenos de complicidad, guiños, y sano compartir, me va explicando toda una filosofía, la "surfari" (creo que se llama así). Te levantas, y según viene el aire, si es que viene, escapas a correr con las tablas bajo el brazo, donde convenga más. Me intenta explicar el vértigo de coronar una ola, sabiendo que, con los cinco sentidos en éllo, tienes que apresurarte en atesorar el instante, porque no puedes permanecer allí. Si subes a un monte, te puedes quedar cuanto quieras, hasta agotar la comida, contemplando el paisaje, paseando, ó cerrando los ojos para recibir las caricias del sol y el aire fresco; en el mar, no. Nadie pone su nombre a una ola. Y es importante saber que lo importante no está arriba de la ola, sino en el camino y el esfuerzo de llegar allí.
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R.C. (83 años) : "Mientras uno vive, no es viejo" (cuando dice su mujer : "Somos viejos, Dra."). Y yo, me miro en el espejo, y veo en mis arrugas y en mis curvas, mucha cultura, mucha sabiduría aún inconclusa.
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"La cosa más divina que hay en el mundo es vivir cada segundo como nunca más" (Vinicius de Moraes)

martes, 3 de marzo de 2009

déjà vu

Hay días "déjà vu", días en que todo lo que hago es un "¿dónde vi ésto antes?". La rutina se tiñe de paramnesia y salir de casa es un camino que no empieza ni termina. Sacar el coche, parar en los semáforos, dejar la ciudad rumbo al trabajo es una constante evocación, un estoydondeestaba, sin saber cuando acaba y cuando se retoma. Los pensamientos se vuelven también algo conocido, y el cerebro más que discurrir, centrifuga, fundiendo las sinapsis y enredando las ideas en las redes de Purkinje, las mismas ideas que fueron otras veces. Y se calienta el líquido cefalorraquídeo, alcanzando poco más que tibieza. Y las emociones se encadenan a ésta sensación y lloro por algo que ya lloré y me enfado con lo que ya me enfadé, sin saber cuando ni donde. Y todo lo nuevo se vuelve yalohiceantes, sin aquí, sin ahora, sin contacto con la realidad. Y tampoco entiendo lo que no entendía en otro momento, en otro lugar. Disonancias.
Sólo el sol, asomando desde el mar, es nuevo, un sol más, siendo el mismo que dio la vuelta al mundo para contarnos qué vió cuando estábamos dormidos.
La enfermera esperando en la puerta de la consulta : "Se murió Jesús ayer y su madre aún no lo sabe. La familia quiere que acudamos porque no saben cómo va a reaccionar". Vamos juntas en el coche. "También se murió Paco, el de Herminia", me cuenta por el camino. Y se me ocurre que la certeza de la muerte no permite "déjà vu", de puro rotunda.
De regreso a casa, tras una mañana tranquila (dos entierros en un pueblo llevan mucha preparación y mantienen a la gente ocupada), en la rampa del garaje, paso por delante de un sensor que hace iluminarse a la planta donde dejo el coche. Y quiero pensar que, cada vez que paso por el mismo sitio, se enciende una luz que, tal vez, puede ser reveladora ó esclarecedora, si estoy atenta, sin enredarme en los "déjà vu". Me produce sosiego la idea. Y quedo tranquila, satisfecha.

domingo, 15 de febrero de 2009

¿respuestas?

¿qué?

¿quién?

¿cómo?

¿dónde?

¿cuándo?

¿cuánto?

No pregunto ¿por qué?, no sea que me venga la culpa...y no estoy por la labor.

viernes, 13 de febrero de 2009

parapau

Dice Pau, el poeta : "¿Sabes qué hago con mis problemas?. Me imagino que tengo una semilla, y hago un agujero en la tierra, la dejo ahí y la tapo con cuidado. Dejo al tiempo y al curso natural de la vida que hagan lo que corresponda, mientras la riego, ni mucho ni poco. Espero tener un árbol más adelante."

Dice esperanza : Ahora mismo tengo varias semillas para plantar. Haré un vivero, aunque no sé si saldrán almendros, jazmines, judías verdes, sauces llorones, incluso alguna planta carnívora. O, tal vez, la semilla sea un bulbo, que dará flor anualmente.
Me parece una idea buenísima, aunque persiste la incertidumbre que traen los problemas. Tal vez, alguna semilla se pudra y pase a alimentar la tierra que hará crecer a otras semillas, transformándolas en árbol. Tal vez, alguna semilla se desarrolle muy rápidamente, y crezca, crezca, y crezca hasta alcanzar las nubes. Tal vez, alguna semilla sólo dé una brizna, en vez de un árbol; pero puede ser tan bella esa aparente fragilidad...y muchas briznas, hacen un manto verde. Tal vez, alguna semilla tarde años en crecer, y me sorprenda verla brotar cuando estaba casi olvidada. Tal vez, alguna semilla encierre un depredador que tengamos que detener en su organizada destrucción de lo que le rodea. Tal vez, alguna semilla hará crecer un árbol que encierre en sus flores un montón de semillas idénticas a la que le dio vida.
Y alguien (muy querido) dice : "¿Pero así no vamos a tener problemas-árbol en vez de problemas-semilla?".

Y me acuerdo de lo que me dijo una terapeuta : "Eres optimista por necesidad". Ya, ya lo sé. Tengo esa necesidad desde que tengo uso de razón, mira por dónde. Por genoma, por experiencia, por qué sí. Y me acuerdo de lo que me dijo Nana : "Está pasando; ahora va bien. Confía". Y me acuerdo de un consejo recibido este verano (dos, en realidad) : "No tengas miedo...Recuerda quién eres".

Y esperanza ya no dice más. Voy a empezar la siembra, en viernes 13, bajo el sol que nos regala el Meditérraneo, en medio del invierno indeciso que llevamos.

Molt agraïda, Pauet.

jueves, 29 de enero de 2009

xiquilladas

A mi amiga P (de pelirroja) le hicieron un legrado hace unos días; estaba ilusionada de acompañar a los tres niños que le corren los pasillos, con uno (ó dos) más. El mayor, de 7 años, preguntaba por su hermano, al que ya llamaba Pablito...y le tuvo que decir lo que había sucedido. Y el peque, que se quejaba de que no sabe cómo se reza, decidió que iba a pedir algo a Dios, que éso sí sabía hacerlo. Pensó, y abrazado a su madre, de reposo relativo (porque la maternidad, desde el principio, lo relativiza todo ó mata), concluyó que deseaba que Dios le diera otro hermanito, pero que esta vez...estuviera vivo.

Al escuchar a P contándome esta historia, me emocioné mucho. Y me hizo ver qué difícil es explicar que ha muerto lo que no llegó a ser alumbrado. Y me hizo pensar en la tenacidad por conseguir lo que uno desea, y cómo debemos enunciar nuestros deseos, con todos los matices, y de forma explícita ("esta vez...lo quiero vivo"). Y me hizo sentir cómo la inocencia transforma la congoja en una dulce sonrisa y un abrazo. Y me hizo confíar en el poder de la oración, aunque la contemplo como actitud más que como acción. Y me hizo tanto bien que he querido contároslo.

Para P., un beso

domingo, 11 de enero de 2009

flu

Hace cinco días que peleo con los pirómanos endógenos, esos que nos hacen hervir la sangre, en nombre de noséquévirus, y nos llevan a estados delirantes y extenuantes. La verdad es que tiene su punto ésto de la fiebre. Y la incubación...creía que se me había sentado entre el diafragma y las lumbares, algo del tamaño de un exmarido rebotado. A las horas, me dí cuenta que se me secaba la garganta como cuando quieres decir algo que se te agarra a la tiroides sin permitirte pronunciar palabras sencillas, tan sencillas como un "te quiero", por ejemplo. O cuando deciden quedarse en las cuerdas vocales haciendo funambulismo, más atentas a no perder el equilibrio que al vértigo de la caída.
Y aquí, ya en la cama, la respiración deja de ser silenciosa y habla, con voz ronca, de las cosas que pude y no quise y me lleva a un espacio, sin nombre ni coordenadas, sin GPS ni mapa del tesoro, donde todo es irreal, tan irreal como cierto. Y empieza el desfile de imágenes, sin previa invitación, y los ojos se vuelven vidriosos y pican, y lloran, como los niños de Gaza, asustados y rendidos. Y, en las sienes, dos garras que me sujetan, apretando sin piedad, cuando toso, tal vez en un intento de exorcizar mis prejuicios que me llevan de nuevo a los mismos errores. Parecen un alienígena mutante pegado en forma de casco a mi cuero cabelludo, que hormiguea como si cada pelo tuviera un habitante en su folículo. Un poquito de paracetamol (Dios salve al "Colocatil"!!), me va llevando a una relativa calma, entre sudores que me recuerdan el río Zambezi, y me duermo un rato cuidando que no me pille un cocodrilo ni se espante un hipopótamo (son vegetarianos pero muy territoriales y asustadizos).
Con el alba, la certeza de que me quedan unos días aún. Y entre fiebre y más fiebre, líquidos y reposo. Y con el finde por delante, mis gemelos deciden cuidarme preparando sesiones intensivas de DVD, que aumentan la temperatura de mi líquido cefalorraquídeo por encima de lo razonable.
Y, ahora mismo, un peso detrás de los ojos, que anuncia que mi organismo, en plena forma, sigue su acoso al invasor. Subirá la fiebre otra vez, dejando fríos manos y pies, y la punta de la nariz. Y, al exhalar el aire, saldrá un aire caliente, caliente, como el del desierto, que secará los labios como si hubiera una hoguera encendida en la faringe. Y la carencia de algún beso insensato.
Lo mejor, será que pasará.
Y lo que queda dicho...será la fiebre.

sábado, 3 de enero de 2009

doce uvas

Acabó el 2008, bisiesto, y con un segundo de regalito.

Y empecé el año con la boca hecha sonrisa y llena de uvas. Desde la alfombra del salón, escuché descorchar una botella de cava, y dí muchas gracias a todo y a todos, con el alma y el pensamiento, y también con las entrañas. Eso sí, ni una palabra, que falta no hacían.

Recibí un beso "importante", que me emocionó aún siendo previsible como lo era, y una llamada crucial, de vocecillas aún infantiles (...qué poco me queda!).

Y se paró un instante el mundo, y me sentí flotando, desbordante de dicha, satisfecha, lejos del dolor del resto del mundo, de las miserias invisibles, de la mezquindad y de tantas cosas que desterrar. Fue un momento de levedad, de alegría sincera, de sentirme tan viva...que eché la cabeza atrás, sin abrir los ojos, y en ese cabeceo volví a casa. Los abrazos, las fotos-"paparazzi", brindis, ring-ring por el fijo, los móviles,...risas. El principio, nada más, de una buena noche.