lunes, 11 de mayo de 2009

"se me olvidó que te olvidé...aunque nada se me olvida"

Me cantaba el cigala, camino del trabajo, acompañado por bebo valdés y su piano.
Puesta en la tarea de vacíar para hacer sitio a lo nuevo, y que me quepan las sorpresas, acometí el armario del pasillo (me lo pedía también el cuerpo tras ver la foto del armario-vestidor de CRISTAL), arremetido de cosas (tal vez, personas, animales y cosas) que, lo confieso casiavergonzada, se han ido haciendo sitio desde hace más de diez años en sus estantes, configurando una cuenca sedimentaria donde revisar por estratos mis apuntes vitales. Esquivo la justificación biográfica porque me propuse un blog experiencial.
Abducida por este agujero negro, con la sólida compañía de la inestimable eugenia y la visita relampágo de cuca, logré preparar, en apenas dos horas, tres bolsas para la basura, y una bandeja de mimbre que completaba el lote "¿Y ésto qué hacía aquí?", a la vez, que con las cejas, párpados, labios, hombros y risas acompañaba en sus últimos minutos en casa, a todo aquéllo que ya no sirve por querido que sea.
En el finde doméstico, concluí la tarea (cuatro bolsitas más y algún trasto), y aún quedan el del recibidor, el del estudio y el de la plancha, además de los altillos, que supongo andarán, en cuanto a calidad de contenido, entre el tesoro del pirata rackham el rojo y la caja de pandora.
Y siento que se me olvidó que me olvidé de muchas cosas; que busqué olvidarlas, con rabia, indiferencia, dolor...y luego quise olvidar que se me habían olvidado. Es traicionero el olvido. Y lo que olvidé como dulce, se me olvida que lo olvidé y puede parecerme siniestro, y algo que olvidé con rabia y premeditación, se me olvida que lo olvidé para aliviarme encontrando cómo darle cierre.
Y es que, de verdad, casi nada se me olvida.

"Se me olvidó que te olvidé
y, como nunca, te encontré
entre las sombras escondida,
y, la verdad, no sé por qué,
se me olvidó que te olvidé
aunque nada se me olvida."

4 comentarios:

ZenyZero dijo...

Tantas cosas olvidadas dan para otra casa. Mejor dicho, dan para vivir en la terraza.

¿Qué será lo último que pase por nuestras manos?, ¿y lo último que veamos? Sería mejor vivir sin nada, o en la terraza el cestillo de las cosas olvidadas.

Un abrazo
Chuff!!

cristal00k dijo...

jajajaja! así que por estratos... muy bueno querida. Si te sirve de consuelo, yo encontré una vez unas gafas de sol extraviadas en el congelador... sí,sí...

En cuanto al olvido, fue una de mis primeras entradas.
Falaz escondite de hechos y verdades. Cómplice del silencio y la distancia, en este nuestro viaje a ninguna parte. Vive en la penumbra al ladito de las sombras... sin dueño ni autor... etc...
A veces, los armarios deberían arreglarse solos, ¿verdad?

Un beso preciosa.

Blog de alma dijo...

Dicen por ahí que hay que dejar salir lo viejo para que entre lo nuevo...

ybris dijo...

Sé un montón de sedimentos.
A veces sólo los conservo por verme en el pasado.
Es el consuelo que tiene el no olvidar
y también su lastre.

Besos