viernes, 30 de septiembre de 2011

vino tinto

   Cuando vuelva a cenar en un restaurante pakistaní, pediré agua además de vino. La verdad es que el picante pide líquido y no hemos sido nada precavidos. Así que el alcohol, tras su paso por el hígado, me ha calentado las yemas de los dedos de las manos.
   Esta mañana he firmado los papeles de la toma de posesión de mi plaza de traslado (esperada durante dooos años) que me acerca a casa y al mar. Mientras escribía mis datos, una y otra vez, ha sonado, entre todas las canciones del mundo, el "Over the rainbow" que versionó Israel Nisécómoseescribesuapellidohawaiano. No habrá sido casualidad. Durante un instante, se me han detenido las manos, he cerrado los ojos y me ha crecido la sonrisa; es una canción que nunca me dejará indiferente, tan importante para mí como el bello recuerdo que siempre me trae. El cielo de mediodía estaba casi negro. Sin duda, existen los momentos perfectos.
   De regreso a casa, me ha venido a refrescar un aguacero. Son cosas del otoño.


   http://youtu.be/w_DKWlrA24k