martes, 11 de noviembre de 2008

sorpresa

Estoy alegre porque la he sorprendido; no me imaginaba allí, esperándola.

Regresó de su viaje a la primavera y a la naturaleza salvaje, con escala en París…y París en otoño, ya se sabe. Sin salir del aeropuerto, intentó ver amanecer, pero la lluvia emborronó la salida del sol de tal forma, que no llegó a estar segura de que se hiciera de día en Europa. Y los pies se le quedaron helados. Eso sí, por fin un buen capuchino. Y la complicidad con élla misma, cuando le hablan en francés; nadie le dice que es española como primera opción (claro que en París casi siempre te hablan en francés). Y las miradas de los ejecutivos, por encima de las pantallas de los laptops (un ¿dónde va ésta desmangada, con gabardina y un sombrero a lo Indiana Jones?).

Por el Mediterráneo, estaba soleado. Sonrió al entrar en casa y dejar el equipaje. Y comenzó su ronda de rutina, el repaso de las estancias, el recorrido por el pasillo, asomarse a la nevera, al cuarto de la lavadora. Y, por fin, al balcón.
Y allí estaba YO, flor de ciudad, con mi cartel de BIENVENIDA (te hemos echado de menos), portavoz de todo lo que cuida élla con dedicación y esmero.

En señal de gratitud, removió la tierra de mi maceta, que sabe que me encanta que me hagan cosquillas en los pies, me peinó las greñas canturreando, y me limpió de unas hojitas secas, que se me estaban pegando por el tallo, y me rozaban los brotes. Luego, saludó y mimó a mis compañeras de balcón y a las del otro dormitorio. Estamos cara al norte, y el invierno se hace duro.

Luego, me besó y me hizo una foto, un primer plano, sonriente y pletórica de felicidad, que tenemos las flores de ciudad nuestros sentimientos y nuestra idiosincrasia, y yo estaba tan contenta…como élla.

P. D. Y me iba a incluír en el post, pero me colé en el lado derecho,…¡Y ME DEJA QUEDARME AHÍ!, para poder acompañaros, en lo efímero de mi existencia, que es condición de flor no durar más de lo oportuno.


8 comentarios:

miyo dijo...

Muy dulce, en un día green como este...

* Sine Die * dijo...

Es que las flores de ciudad brilláis infinitamente más y le sacáis la lengua al gris asfáltico de la urbe, por eso os valoramos tanto..y por ello mismo resulta una delicia haceros cosquillas en los pies y ver como sonreís... :)


Una deliciosa sorpresa esa chispa de color, esperanza..

:)

Un besito

cristal00k dijo...

Buah! que post tan divino Espe.
Ese concepto de la "complicidad conmigo misma" es un auténtico regalo que me acabas de hacer.
Gracias y besos mil...

Fernando dijo...

vaya flor parlanchina que te ha salido...parece un loro de esos que te saludan desde los balcones...ja,ja,ja...besos.

ZenyZero dijo...

La nostalgia también es una oportunidad. La de las flores; la de las hojas caídas, de tilos, de castaños, de magnolios. La nostalgia es una toma de conciencia irracional que nos alimenta el lado sombrío del corazón. La oportunidad del poeta, de la madera en todas sus formas. La nostalgia es un cartel donde dice "Bienvenida". Y es acordarse de aquel "te quiero" que quisiste haber dicho. Y de besos, y de amaneceres lluviosos en otros países. Es el sol cuando llegas a casa. Los delfines escoltándote por la aleta, el viento. Un Capitán Haddock encontrado por sorpresa.
Y una sonrisa.

Muchos abrazos.
Chuff!!

coco dijo...

(me encanta)

esperanza dijo...

MIYO
Pasaré a verte. Gracias por venir y compartir.

SINE DIE
Las flores de ciudad te van a nombrar socia de honor (y te harán cosquillas en los pies).

CRISTAL
Esa complicidad proporciona momentos divertidos y constructivos.

FERNANDO
Dice mi flor, empezando a marchitarse, que no es un loro. Y también dice que hay que escuchar, en silencio, a las flores para oírlas hablar, que pruebes a hacerlo. Te desa una grata conversación.

ZENYZERO
Gracias por dejarme esta oportunidad. Me ha encantado tu visita y los abrazos, y tus chuffs.

COCO
Gracias, el encantamiento es mío.

libertad dijo...

Te leí hace unos días, creí que te había dejado comentario, pero me acabo de dar cuenta que no se quedó.
Una delicicia. Con delicias y sensibilidades como la tuya da gusto entrar en tu casa.
Un besito