lunes, 20 de octubre de 2008

el día del lazo rosa

Y no quiero marchar a dormir, sin anudarme en rosa.

Por la incertidumbre del comienzo, por la contundencia del diagnóstico, por lo agresivo del tratamiento, por las lágrimas caídas con cada cabello que perdiste, por la vulnerabilidad de la piel estropeada y reseca, por el pánico ante la intervención (la primera y la segunda), por el dolor ante el espejo, por el valor con que seguir viviendo, por el coraje en tus visitas de seguimiento,...por celebrar antes (por si acaso) y después (por la alegría) de cada control que sigues viva.

Gracias por dejarme compartirlo, madre; no sabes cuánto te quiero.

2 comentarios:

Fernando dijo...

me alegro de ello..besos.

cristal00k dijo...

Recordar, mejor dicho, no olvidar, tiempos difíciles, desde la seguridad del presente(relativa) es agradecido y hasta terapéutico.